En la vida, hay decisiones intrascendentes, como elegir la ropa llevarás, y otras de las que depende tu presente y tu futuro. Si ahora mismo te planteas opositar, esta no es una decisión que debas tomar a la ligera.
En mi caso, tuve claro desde el principio que tras la carrera opositaría para conseguir una plaza. Así que, me presenté a la primera oportunidad que tuve, porque quería saber qué me esperaba al presentarme a la oposición.
Sin embargo, cuando he realizado charlas en universidades, me he dado cuenta de que por lo general los estudiantes están bastante perdidos a la hora de barajar entre las distintas opciones que tienen.
Ahora bien, opositar no es un juego, más bien es el medio para conseguir un fin. Y como tal, si quieres tener una plaza fija y ser maestro en un colegio público, antes o después tendrás que elegir este camino.
En este artículo, voy a compartir contigo las claves para que descubras si estás listo para opositar y puedas tomar la mejor decisión para ti.
Porque voy a ser muy directa desde el principio: No todo el mundo está preparado para afrontar unas oposiciones.
Además, entre los opositores, hay un elevado porcentaje de abandono. Así que, para evitar esta situación, en el vídeo te comparto algunos argumentos para que puedas seguir adelante y alcanzar tu objetivo.
¡Dale al play!
Cómo saber si opositar es para ti
La decisión de opositar no puedes tomarla de cualquier modo. Seguro que conoces distintas estrategias para tomar decisiones, incluso algunas las habrás puesto en práctica a lo largo de tu vida.
Pero, puede que en esta ocasión, necesites ir un paso más allá.
Por ejemplo, ante una compra, puede que la decisión la tomes por impulso. Sin embargo, en este caso, hablamos de tu carrera profesional, con lo que la decisión que tomes es mejor que esté bien meditada.
Por otro lado, también puedes utilizar el método lógico para decidir si opositar o no. Y, por ejemplo, hacer un listado de pros y contras.
O el método más intuitivo y guiarte por una corazonada. Es algo que sabes que tienes que hacer, aunque no sepas explicar el porqué.
Mi recomendación en este caso es que, al ser algo tan determinante para ti, no te la juegues. Porque si utilizas alguno de estos métodos por separado, tu decisión de opositar puede perder fuerza.
En el caso de hacerlo solo por la vía lógica, después te puede faltar esa motivación interna que será la que te ayude a seguir adelante y superar los obstáculos.
Y si solo utilizas la intuición, puedes sentir que esta falla, a la mínima que las cosas no salgan como esperas. Por eso, siempre debes argumentar tu intuición, para tener razones de peso que te hagan estar seguro del camino que has tomado.
¿Qué debes tener en cuenta a la hora opositar?
Cuando tomas una decisión como la de opositar hay distintos factores que pueden llevarte a tomar una decisión… de la que en dos días tengas dudas.
Para evitarlo, ten en cuenta lo siguiente:
1. Márcate unos plazos
Ni puedes decidir si opositar o no en un día, ni tampoco puedes eternizar tu decisión. O de lo contrario, nunca empezarás. Esto solo te llevará a la procrastinación.
Así que, podrías ponerte el plazo de una semana, incluso de un mes. Imagina que quieres empezar a prepararte en septiembre. En ese caso, lo ideal sería tomar tu decisión en julio y dejar agosto para reposar y comenzar a organizar tu preparación.
De esta forma, en septiembre lo tendrás todo listo para comenzar sin demora y totalmente motivado.
2. Hazte preguntas
Mi recomendación es que primero, antes de consultar con nadie más, o dejarte influenciar por las opiniones de otras personas, tengas una mínima decisión tomada.
Otra cosa es que acabes de validarla con otros, pero quien debe tomar la decisión eres tú.
Por eso, es importante que durante el plazo en que vayas a tomar tu decisión, te hagas preguntas y te cuestiones:
- ¿Qué pasa si decides opositar?
- ¿Qué pasa si decides no hacerlo?
- ¿Cómo cambiaría tu vida si vas a preparar una oposición?
- ¿Cuál es el coste de oportunidad de no hacerlo?
Cuando hablamos de coste de oportunidad, es un concepto económico, que hace referencia a lo que dejas de ganar si no emprendes una acción, o en este caso no tomas una decisión.
Y es que debes tener claro que decidir NO opositar tiene un coste, pero NO decidir nada también tiene el suyo. Así que debes valorarlos todos antes de seguir adelante.
3. Escribe para ti mismo
A veces, darle vueltas a las cosas en la cabeza no ayuda a aclararse demasiado. Seguro que te ha pasado que has tenido alguna idea y, aunque en tu cabeza era absolutamente perfecta y todo encaja a la perfección, después al verbalizarla hacía aguas.
Esto es lo mismo, puedes idealizar en tu mente qué es opositar, pero si te das permiso para expresarte y escribes cada día acerca de la decisión que quieres tomar, durante el plaza que te hayas marcado, verás como salen a relucir muchísimas creencias, mitos, dudas, etc.
Y ojo, no pienses que esto es algo malo o negativo, todo lo contrario. Porque todo ello te ayudará a estar mucho mejor preparado para cuando decidas emprender el viaje de la oposición.
Ahora que ya sabes qué tener en cuenta para tomar tu decisión, vamos a ver cómo crear las mejores condiciones para hacerlo.
Trucos y recursos para tomar la mejor decisión
¿A qué ya sabes, por experiencia, que el día que te pilla torcido no es el mejor para tomar una decisión importante? Eso es porque, además de las estrategias o métodos que utilices para tomar decisiones, hay otros factores que también influyen, como por ejemplo tus emociones, o tu salud.
En este sentido, mi consejo es que crees una rutina. Si por ejemplo te has dado un mes para tomar la decisión de opositar, date un espacio y rutina para trabajar en ello cada día.
Es decir, solo por tenerlo en la cabeza, no tiene porqué venirte una inspiración a iluminarte. Porque como decía el gran Picasso: “La inspiración existe, pero te tiene que pillar trabajando.”
Y es importante que a la hora de hacerlo, pienses también en qué cosas te ayudan a entrar en ese estado de calma y concentración para lo que tienes que hacer.
Por ejemplo, puede que decidas dedicar cada día 30 minutos a informarte sobre tu oposición y otros 30 minutos a escribir tus pensamientos sobre la decisión que tienes por delante.
Pero, ¿qué harás antes para asegurarte de que este tiempo es productivo?
Pues puedes elegir hacer algo de deporte para despejar la mente y liberar endorfinas que te pongan de buen humor.
O dedicar 10 minutos antes de empezar a meditar para mejorar tu atención y foco. Incluso, cerrar tu rutina saliendo a dar un paseo, o yendo a una cafetería que te guste a tomarte un café.
Sea lo que sea que elijas hacer en tu rutina, mejor simplifica. Haz menos, para que no te cueste ponerte con ello cada día, sino que lo disfrutes.
Aprovecha el momento de tu rutina y desconecta. Apaga todas las notificaciones de tu móvil y del ordenador.
Y, por supuesto, dedica el resto de tu tiempo a descansar y recargar. Al final, es una decisión importante y nadie te puede asegurar que aciertes al 100%. Siempre te quedará la duda, hasta que te pongas a prepararte. Por eso, ten presente que “se gana o se aprende”.
Si lo das todo, puedes conseguir tu plaza y si fallas en alguna de las convocatorias, habrás aprendido para la siguiente. Así que, ¡sigue adelante!
Y tú, ¿ya has tomado la decisión de opositar? Cuéntame qué es lo que te impulsa a hacerlo y qué es lo que te motiva del camino que se abre delante tuyo hasta la oposición.
