Ser más disciplinado como opositor sería el sueño a alcanzar para cualquiera que quiera prepararse para unas oposiciones. No conozco a nadie al que le preguntes y no quisiera ser más disciplinado.
Aunque haya personas que ya lo sean, en este caso más es sinónimo de mejor. Por eso, siempre buscamos maneras de mejorar nuestra disciplina. Pero, ¿sabes cuál es el principal problema por el que te cuesta ser más disciplinado como opositor?
Hoy en día, la disciplina está mal entendida. De hecho, la mayoría de las veces, se confunde con fuerza de voluntad, cuando en realidad no son lo mismo.
Por eso, sin entender de qué hablamos, las técnicas rápidas o trucos mágicos no te funcionan, por más que te empeñes en seguirlos. Porque la disciplina es algo que conecta con tu propia esencia y por desgracia, nos suele faltar autoconocimiento.
En este artículo, no sólo quiero darte tips o prácticas que te ayudarán a ser más disciplinado como opositor en tu día a día. Me gustaría ir un paso más allá y darte pautas para que conozcas cómo funciona la disciplina y cómo puedes entrenarla para vencer la pereza en tu preparación.
Y para empezar, en el siguiente vídeo te hablaré de cómo gestionar tus hábitos para dejar de postergar tu preparación y que mejores tu rendimiento.
¡Dale al play!
Disciplina: todo lo que no sabías para ser más disciplinado como opositor
Lo primero que debes tener en cuenta es que tu disciplina tiene ‘distractores’ al igual que los tienes tú. Uno de los más importantes son las emociones.
Puede que no lo hubieras pensado hasta ahora, pero seguro que lo has experimentado: quieres ponerte a estudiar pero la pereza te ha detenido y paralizado.
Tu mente acaba encontrando cualquier excusa para que te resistas a hacer lo que sabes que tienes que hacer. Pero, si tienes una meta y quieres conseguir tu plaza, te habrás dado cuenta de lo importante que es ser más disciplinado como opositor para lograrlo.
Porque la autodisciplina es lo que te permite actuar, sea cual sea tu estado emocional en un momento determinado, sin dejarte llevar por tus emociones.
Por eso, la solución, como cuando hablamos de cualquier otro tipo de distracciones, no pasa por hacer oídos sordos a las emociones, como si no influyera, porque sí lo hace.
Así que, puede que hasta ahora hayas tratado de pasar de 0 a 100, por lo que respecta a tu disciplina como opositor, pero los resultados hayan sido más bien escasos.
Para gestionar con inteligencia tus emociones y convertirlas en tus aliadas, lo mejor es empezar con cambios pequeños.
Detecta cuáles son todas esas excusas, emociones o acciones que repites frecuentemente y que no te dejan ser más disciplinado como opositor. Haz una lista con ellas porque escribirlas te ayudará a ganar claridad.
Cuando las tengas, puedes tomarte tu tiempo, vas a escribir al lado:
- Una idea por la que cambiarás cada una de las excusas
- Y una acción que tomarás por cada emoción o mal hábito que sientas el impulso de hacer
Recuerda que cuanto más simple sea la acción, más sencilla te resultará llevarla a cabo. Y por lo tanto, mejores resultados obtendrás.
Por ejemplo, en lugar de autoimponerte como castigo, no revisar tu móvil. Póntelo fácil. Crea o descarga un fondo de pantalla motivador, que te recuerde de un vistazo tu objetivo y qué es lo importante para ti.
Estás consultando igualmente el móvil, pero la sensación de hacerlo y lo que te llevas es positivo. Porque reconduce tu foco y te devuelve a la realidad para seguir siendo disciplinado.
La disciplina es todo lo contrario al castigo
La palabra disciplina tiene una connotación negativa. A menudo se relaciona con dolor, amenaza o sufrimiento. Y esta confusión tiene su origen en el entorno militar. Donde la disciplina pasa por ejecutar de forma forzosa cualquier orden y en caso de desobediencia, se amenaza con una sanción.
Pero el significado real de la disciplina está muy lejos de esta visión. Disciplina es no dejarte a ti mismo hacer cosas que te van a hacer sentir mal después. Sin embargo, en la época actual en la que vivimos, se premia el placer inmediato.
Y por eso muchas personas, en este caso opositores o estudiantes, no consiguen pasar por lo que hay que pasar para prepararse unas oposiciones y alcanzar sus sueños.
Entonces, piensa mejor en la disciplina como en un acto de amor a ti mismo. Es una forma de mostrar el compromiso que tienes contigo mismo y con tus objetivos. Y para ello, es fundamental que te preguntes y recuerdes a diario lo siguiente:
- ¿Para qué haces lo que haces?
- ¿Eso que quieres procrastinar te acerca a tus objetivos?
- ¿Cuánto quieres alcanzar tu meta?
Disciplina vs. fuerza de voluntad
Aunque parezcan algo similar y haya muchas personas que la confundan, la disciplina y la fuerza de voluntad no son lo mismo. Si quieres ser más disciplinado como opositor, no estás buscando un impulso momentáneo para ponerte a estudiar.
Lo que en realidad quieres es ese sentimiento de responsabilidad interna y compromiso que te lleva a respetar lo que dices que vas a hacer y a cumplirlo. O de lo contrario, lo sientes como que te has fallado a ti mismo.
Seguro que conoces la sensación, ¿verdad? Ese sentimiento de culpa, que se despierta en ti cuando no estudias o no cumples tu horario, nace de tu conciencia. Cuando entiendes que, en el fondo, el único perjudicado de tu inacción eres tú mismo.
Entonces, podemos decir que la principal diferencia reside en que la fuerza de voluntad solamente sería como un primer peldaño dentro de la escalera hacia la disciplina.
De hecho, tanto es así que la fuerza de voluntad según los expertos es finita, es decir, que se agota durante el día a medida que la pones a prueba y necesitas recargar para seguir utilizándola.
En este sentido, la fuerza de voluntad sí sería una especie de refuerzo, o una forma de forzarnos a hacer algo, incluso cuando no tenemos ganas.
Pero la buena noticia es que sólo dependeremos de esta fuerza de voluntad las primeras veces que realizamos una acción, por ejemplo ponerse a estudiar, porque con el tiempo y la acción sucesiva, llegamos a convertir la disciplina en hábito.
Al principio, si te fijas o recuerdas cuando empezaste, estudiar o ponerte con tu preparación requería más de tu atención y esfuerzo. Pero, a medida que pasa el tiempo el esfuerzo es menor o casi inexistente, cuando se convierte en hábito.
Pero, ¿sabes por qué ocurre de esta forma? Todo tiene que ver con tu cerebro.
Cuando te propones prepararte o estudiar, por ejemplo, la parte del cerebro que interviene es la corteza prefrontal. Sin embargo, los hábitos que realizas en piloto automático involucran al ganglio basal.
El ganglio basal es el encargado de hacernos la vida más fácil. Por eso, para ser más disciplinado como opositor tienes que ponerte en marcha, gracias a tu fuerza de voluntad al principio, para que la decisión de estudiar y el hábito de la disciplina pasen de la corteza prefrontal al ganglio basal.
¿Cómo desarrollar tu disciplina y recargar tu fuerza de voluntad?
La fuerza de voluntad se recarga enfocándote en tu objetivo y siendo cada vez más consciente de tus emociones para gestionarlas de modo que no se vuelvan en tu contra.
Lo bueno de la fuerza de voluntad es que te ayuda a mantener lejos la negatividad y lo que quizás no sabías y es más interesante, también influye en el olvido. Porque te sirve para estar calmado y te resultará más fácil encontrar el equilibrio.
Por su parte, los beneficios de ser más disciplinado como opositor están más relacionados con tu capacidad para gestionar mejor tu tiempo, pero también te enseñará entre otras cosas a priorizar y a organizar.
Cuando eres disciplinado, todo esto lo haces de forma fácil y ya sabrás a estas alturas que, en tu preparación son fundamentales.
Así que espero que te atrevas a abrir la mente, a ver con un nuevo enfoque la disciplina y sobre todo, que te des la oportunidad de mejorar un poco cada día para llegar mucho más lejos. No sólo en tu preparación como opositor, sino también en la vida.