¿Has escuchado eso de que “todo lo que sube, baja”? Es posible que incluso lo hayas experimentado… ¡Con tu motivación! De hecho, esta es una época en la que, tras el empuje del inicio (con la vuelta en septiembre), todo se estabiliza y tú parece que te estancas.
Dime, ¿estás en ese momento en el que te esfuerzas por estudiar sin ganas? En realidad, es algo por lo que pasarás en más de una ocasión, por eso quiero que te prepares al máximo para saber cómo hacer frente a esta situación.
Porque si sabes cómo reaccionar, es más fácil pasar por ellas y salir ileso, que no encantarte y que después todo sea peor… Ya que te generará un estrés que puedes evitar, porque verás que el tiempo se te echa encima.
Y si algo tenemos todos claro es que el tiempo que pasa… No vuelve.
Ahora bien, ¿sabías que hay factores como por ejemplo las estaciones del año que pueden influir en tu estado de ánimo?
Pues bien, en este artículo veremos cómo reforzar tu hábito para estudiar sin ganas y vencer la pereza.
Pero antes de contarte cuál es la mejor manera de mantener tu motivación a tope… Vamos a ver qué puedes hacer desde hoy mismo para salir del bucle y estudiar aunque las ganas no estén, ni se las espere.
¡Dale al play!
Cómo afecta el otoño a tu cerebro
¿Alguna vez has oído hablar del trastorno afectivo estacional? Pues, aunque no lo creas afecta al 6 % de la población.
Los síntomas relacionados con este trastorno son, entre otros, los cambios en el humor, la astenia, los sentimientos de desesperanza, la irritabilidad, la tristeza o la ansiedad. Esto se traduce en nuestro día a día en:
- Una disminución del estado de ánimo
- El aumento del cansancio
- La dificultad para conciliar el sueño
- Y la baja concentración
Por eso, cuando estos síntomas se prolongan en el tiempo y se instalan como rutina, hay que andarse con ojo.
Pero, ¿ a qué se debe este trastorno? A la luz y las condiciones climáticas que ejercen una gran influencia en nuestro estado de ánimo.
El simple hecho de pasar del horario de verano al de otoño, supone que experimentemos grandes cambios a los que el cuerpo se ha de acostumbrar, por ejemplo los cambios en nuestras rutinas, acostumbrarnos al cambio de luz o tener que rendir más cuando la luz es menor.
En definitiva, pasamos por todos estos cambios y adaptaciones en un período muy breve de tiempo (entre dos y tres semanas), por lo que nos podemos resentir en todos los niveles: físico, mental y emocional.
Así que, para poder hacer frente a estos cambios y estar mejor preparados, es importante saber que este trastorno se desencadena por la respuesta del cerebro a la disminución de la luz y los desajustes hormonales que estos cambios provocan.
Por un lado, la melatonina (que se encarga de regular los ciclos sueño y vigilia) se segrega más por la tarde y durante toda la noche y disminuye cuando sale el sol.
Por otro lado, la serotonina (que se asocia con síntomas como la tristeza o la irritabilidad) aumenta con la exposición al sol.
De modo que si la luz disminuye, como suele pasar en otoño e invierno, el aumento de melatonina puede mantenerte aletargado o somnoliento con más facilidad. Y, tu estado de ánimo puede empeorar debido a la falta de serotonina.
Los cambios de estación también te afectan a nivel cognitivo
Hay estudios que demuestran que las funciones cognitivas son estacionales. Es decir, tu cerebro utiliza unos recursos distintos según la época del año.
Esto puede ayudarte mucho a la hora de estudiar sin ganas, porque te ayuda a conocer tu cerebro y te permite optimizar tus recursos.
Además, puedes prepararte y contar con herramientas para paliar las “desventajas” o cambios que se producen en cada momento y reforzar así tu hábito y mantener un equilibrio sano.
Así que la siguiente pregunta sería: ¿qué herramientas se activan en nuestro cerebro en cada estación?
- En invierno, el mayor reto que sufrirás tiene que ver con la atención, porque durante esta época se ve disminuida.
- En primavera, lo que más nos cuesta es la memoria.
- El verano, contrariamente a lo que todos piensan, es la época en la que la atención mejora. Así que es un buen momento para cumplir ciertos objetivos.
- Y en otoño, ¡estamos de suerte! Porque podemos incorporar de manera más rápida nuevos conocimientos y retenerlos con mucha más facilidad.
Estudiar sin ganas es posible: Reto #30díasmotivado
Así que, después de lo que acabamos de ver anteriormente, vamos a tratar ahora de ir a una con nuestro cerebro. Si esta es una de las mejores épocas para el estudio, debemos mantenernos motivados para estudiar sin ganas.
De todos modos, lo que te propondré a continuación, puede servirte para darte un chute extra de motivación… ¡en cualquier momento del año!
Una de las cosas que más motivan es superarse, conseguir realizar pequeños retos que nos dan esa sensación de logro cumplido. Y, por supuesto, nos animan a seguir probando con cosas cada vez más difíciles para nosotros.
Por eso, cada vez que detectes que te encuentras en un momento de desmotivación, activa el reto #30díasmotivado.
Tal como lo vamos a plantear, esto te dará el tiempo suficiente para recuperarte y además, te ayudará a incorporar una nueva rutina o hábito en tu día. Con ello, vas a darte cada día ese “momento” sólo para ti de motivación extra que, con el ajetreo y el caos, se nos suelen olvidar.
El reto es muy fácil, aunque cada quién tiene que armar el suyo, por eso es tan divertido.
Se trata de que cada día, durante un mes, incluyas en tu rutina (a ser posible siempre en el mismo horario) una acción que te anime, pero además te rete.
Para hacerlo, deberás seguir estos pasos:
- Haz un listado de acciones
Agarra papel y boli y apunta durante algunos días (por si no se te ocurren todas las ideas a la primera), 30 acciones que te suban el ánimo o que siempre has querido probar.
Y ojo, es importante que en este punto NO te juzgues, ni pienses eso de “cómo voy a hacer esto”. Sino, las acciones que anotes serán demasiado sencillas y poco motivadoras y por lo tanto el reto no funcionará.
- Ordénalas de mayor a menor dificultad
Una vez llegues a las 30, toca ordenar. Si te salen más de 30, tendrás que hacer un paso intermedio: eliminar las que sobren. Para decidir, escoge las 2 primeras y pregúntate, ¿de estas cuál prefiero incluir en el reto? Y tacha la opción que no elijas. Después sigue el mismo proceso entre la que quede y la siguiente en tu listado, así hasta tener las 30 mejores ideas.
Ahora, sí o sí, tendrás 30 acciones, ¿verdad? Pues tienes que valorarlas según la dificultad que te requieran.
Por ejemplo, si la música te motiva, un reto puede ser descargar Smule y hacer tu primer dueto. O si te gusta bailar, puedes hacer un Tik Tok.
Seguramente entre tus acciones tendrás otras más sencillas relacionadas con la música o el baile, por eso debes valorar qué te supone cada una y ordenarlas para después incluir en el calendario e ir de menos a más.
Un aviso: el grado de dificultad irá mucho con la persona. Es posible que si eres muy introvertido y te marcas el reto de salir 10 minutos a dar un paseo y sonreírle a una persona, para ti suponga un esfuerzo, que quizá otra persona no lo vea del mismo modo.
Lo bueno de este reto es que lo haces a tu medida.
- Divertirte
No estás haciendo esto para pasarlo mal. Por eso, rétate cada día, no te saltes ese momento de motivación extra, porque aunque te cueste, ¡te llevarás sorpresas!
Descubrirás nuevas formas de motivarte que te funcionen, quizás te des cuenta de algo que te divierte y en lo que nunca habías reparado, te reirás mucho (según los retos que te propongas) y empezarás el estudio con más ganas (porque te sentirás un poquito mejor cada día).
- Comparte
Si a medida que haces el reto (desde que empiezas a prepararlo), lo compartes con amigos, familiares, o por ejemplo en tus redes, te sentirás mucho más comprometido para cumplirlo.
Pero, sobre todo, habrá quienes te sigan y esto te ayudará tanto a ti como a ellos, para los próximos que queráis hacer, ya que entre todo recopilaréis un montón de ideas para mantener siempre la motivación bien arriba.
¿Qué te parece? ¿Te animas a hacer el reto #30díasmotivado?
En caso de que lo hagas, recuerda que si vas a compartir en redes y con etiquetas, podremos difundirlo en la comunidad e ir sumando ideas al reto. Al final, cada pequeño detalle o paso para sobreponernos a la desidia y estudiar sin ganas, es un éxito en nuestra preparación que nos acercará un poco más hacia nuestro objetivo.