A veces, si hay una época “valle” en tus oposiciones es el verano. Es valle porque desde que iniciaste, has tratado de ir mejorando cada día. Preparándote, estudiando, estableciendo rutinas, organizando tu horario… Pero, ¿cómo estudiar en verano sin que todo lo que has conseguido salte por los aires?
Es como si hubieras ido subiendo una cuesta y llegados a la cima, el verano nos invita a caer y volver al fondo del valle. Porque así es como se siente la mayoría de las veces la vuelta en septiembre.
Por lo que en este artículo quiero que veamos 3 claves para que puedas estudiar en verano ¡sin asfixiarte!
Pero antes de entrar en las claves, toca revisar por qué el verano puede convertirse en el valle de tu oposición. Por eso, en el siguiente vídeo voy a explicarte cómo puede afectarte el verano en tu preparación y compartiré algunas ideas para que sepas qué puedes hacer tú en cada momento para sobrellevarlo de la mejor manera.
¡Dale al play!
Organiza tu estudio según la estación del año
No es nada trivial. Piensa que como suele decirse, la naturaleza es sabia. Si la observas, cada estación tiene sus cambios, ¿verdad? Bien, seguro que te has dado cuenta de que afecta a los animales, los árboles, las plantas, los cultivos… ¿Por qué no iba a afectarnos a nosotros los humanos?
De hecho, si no lo hace es porque estamos demasiado desconectados de esos ritmos naturales. Pero seguirlos puede ofrecerte grandes ventajas a la hora de estudiar.
Todo nuestro entorno cambia a nuestro alrededor, por lo que quizás puedes probar a que tu organización o planificación se ajuste.
Cuento todo esto aquí, porque siempre digo que no hay una fórmula que se adapte a todo el mundo, en cuanto a la planificación. Muchos opositores me comentan que se agobian planificando a un año vista, porque les cuesta mucho pensar en un tiempo tan “largo”.
Obviamente la planificación es algo vivo, que deberás ir ajustando. Por eso, lo mejor quizás es tener las bases de tu plan de estudio desde el principio. Pero, a medida que avanzas, escuchas cómo te encuentras y tienes más control sobre qué te funciona y qué no, puedes ir ajustando tu planificación por estaciones.
En este caso, el verano como has visto en el vídeo, tiene muchas particularidades: las temperaturas, las vacaciones… Por ejemplo, si tienes familia, quizás los niños están más tiempo en casa y por tanto tienes que organizarte de otra forma completamente diferente, etc.
Así que, para comenzar, lo que te invito es a reflexionar y responder las siguientes preguntas:
- ¿Cómo te afecta a nivel emocional el verano?
- ¿Cómo te afecta a nivel físico y de energía el verano?
- ¿Cuáles son las circunstancias en verano para ti?
No son demasiadas preguntas, ¿verdad? Pero a partir de ellas podrás:
- Determinar de cuánto tiempo real dispones para estudiar
- Cómo puedes enfocar tu estudio para que sigas siendo productivo
- Qué cosas te afectan más y cómo puedes hacerles frente
Y después, te será mucho más fácil establecer rutinas que se adapten mejor al verano, en este caso. Y por tanto que te resulten más llevaderas para que puedas seguirlas sin necesidad de hacer un sobreesfuerzo.
Dicho esto, el mismo proceso puedes realizar al inicio de cada estación, si ves que este plan o enfoque distinto te funciona.
Estudiar en verano no quiere decir que tengas que empollar igual que en invierno, o cuando más horas tienes. Lo mejor es que si puedes adaptar el tipo de estudio, te resultará más sencillo aprovechar al máximo el tiempo en cada momento. Y por supuesto, con esto ganarás confianza, porque no tendrás la sensación de estar llegando al fondo del valle.
La clave para estudiar en verano, ¡sin renunciar a disfrutarlo!
Lo que pasa es que en ocasiones, no prevemos con suficiente antelación. Esta es la clave. Lo que no puedes pretender es que llegue el 1 de agosto y entonces lamentarte, en plan: “Tengo que seguir estudiando y no puedo irme de vacaciones”.
Pero puedes hacerlo si te anticipas. ¿Cómo?
Estando preparado. Si has hecho el ejercicio del punto anterior, tendrás mucho más claro qué necesitas. Porque ojo, no es obligatorio descansar en verano, si por ejemplo tú tienes que compaginarlo con un trabajo de verano.
Es decir, por regla general, la gente para en verano que es cuando hay vacaciones, pero tu caso puede ser justo el contrario, que durante el resto del año tengas más tiempo.
Lo bueno es que, si lo sabes, puedes decidir qué hacer, sin dejarte arrastrar. Porque esto te resta confianza y seguridad, ya que sientes que no tienes el control.
Aunque es cierto que el tema de las temperaturas en verano, es como un factor que nos afecta bastante en cuanto al rendimiento, cada persona es un mundo.
Por eso, en este sentido y con toda la información que hayas recopilado sobre qué te funciona y qué no en verano, ¡toca diseñar tu verano!
Mi consejo es que agarres un folio o cartulina grande, en blanco. Y sencillamente vayas “dibujando” tu verano.
- ¿Cómo quieres que sea?
- ¿Qué cosas quieres hacer?
- ¿Cuándo lo harás?
- ¿Qué fechas tienes comprometidas?
- ¿Cuándo tienes más o menos energía?
Sobre todo, piensa primero en tus objetivos anuales y después, en cuáles serían los mínimos con los que te sentirías cómodo si cumplieras este verano.
Porque con esto en una mano y el calendario en la otra, puedes armar un vision board de tu verano que te sirva para después aterrizar esas ideas en tu agenda o planificador.
Creerás que NO es posible o quizás te cueste entender cómo esto puede ayudarte, pero déjame decirte algo: Si no diseñas, ni anticipas cómo quieres estudiar en verano, las circunstancias lo harán por ti. Y ahí sí que tú no tendrás nada que decir, más que adaptarte y ser flexible.
Cómo no venirte abajo cuando fuera hay tantos planes
En verano hay algo que debes cuidar y proteger sobre el resto de cosas: la motivación. porque será la que te mantendrá en el camino, incluso cuando más resistencia encuentres.
En verano siempre hay mil y un planes, por hacer. Sin embargo, no tienes que renunciar a ellos. La clave para mantener tu motivación es que los utilices a tu favor, para recargar energía.
Por lo que no se trata de aislarte, decir que no a todo y ponértelo más difícil aún. Sino de ser selectivo. Cuando te propongan planes o tengas varias actividades que puedas hacer, escoge aquellas que más te ayuden a desconectar, a sentirte cómodo, a disfrutar…
Y priorízalas. Si lo piensas, no sólo tú como opositor tienes que hacer esto, sino todo el mundo, porque al final son tantas las posibilidades que todos hemos de elegir unas sobre las demás.
Por lo tanto, lo que se debería hacer en estos casos es ser estratégico. Cada quien escogerá las que más le gusten, pero en tu caso, además tienes que pensar en aquellas que te sirvan para mantener tu motivación y estudiar en verano.
Por ejemplo, entre un entrenamiento diferente o una excursión en bicicleta y salir a beber una noche, ten en cuenta que te suma energía y que te la resta. Porque es posible que ambos te ayuden a desconectar, pero hay más beneficios adicionales que debes buscar en cada uno de los planes que decidas aceptar.
Ahora, con todas las ideas que tienes acerca de cómo te afecta el verano y las claves para afrontarlo sin renunciar a disfrutarlo, ¿tienes más claro cómo organizarte para estudiar?
En este momento aún juegas con tiempo a tu favor para que estudiar este verano no se convierta en una cruz. Sino que sigas en tu camino a la cima de tu preparación y no te dejes absorber por los valles.