Como opositor, seguro que cuando llega el día de las pruebas, tú ya llevas a tu espalda mucho tiempo previo de preparación, ¿no es así?
Sin embargo, las dudas, las comparaciones, los malos pensamientos, o comentarios malintencionados, pueden hacernos tambalear.
Desde el típico sudor de manos, los escalofríos, la mente que se te queda en blanco, hasta el colapso total de tu sistema nervioso, que te produce el desmayo (esto es verídico y le pasó a una chica durante su defensa, en el Tribunal contiguo al mío).
Por lo que, no me cansaré de repetir que prepararte unas oposiciones, sin tener en cuenta esa parte más de mentalidad, ni trabajar sobre tu gestión emocional, puede jugarte una mala pasada en el momento de la verdad.
No todo es estudiar. Eso de manera aislada no te garantiza el éxito.
Por eso, en este artículo me gustaría compartir contigo algunas de las ideas o fórmulas que a mí, incluso a los alumnos que preparo, nos funcionan.
Listas de motivación: tu POR QUÉ
Esto puede resultar útil, tanto durante la preparación, como el mismo día del examen.
Tener un listado que yo llamo de ‘motivación’, con mis objetivos claros y por qué quería opositar, me ayudó a tener enfoque y mucha claridad.
Imagina lo potente que puede ser, en un momento bajo o de tensión, relajarte, tomar algo de distancia y recordar qué te ha llevado hasta ese momento, hacia dónde quieres seguir avanzando y qué vas a hacer para conseguirlo.
En mi caso, supe que quería ser maestra desde los 3 años. Y en cuanto acabé la carrera, tenía claro los pasos que daría para llegar hasta mi objetivo. Saber que las oposiciones eran el medio para llegar a mi fin, me hizo afrontarlas desde otra perspectiva más positiva y, al menos para mí, mucho más retadora.
Además, el mismo día del examen, recuérdate qué es lo que estás haciendo y para qué. Esto te hará pensar distinto al resto y te enfocará en lo que importa, por lo que te servirá para evitar algunos de los siguientes puntos que vamos a ver.
¿A qué esperas? ¿Ya tienes tu lista? ¡Pues seguimos!
Ocúpate antes para no preocuparte durante el examen
Para mí, esta el la gran clave de una buena preparación para que el día del examen te dediques, fíjate lo que te digo, ¡a disfrutar!
La mayoría de las personas que se ponen nerviosas ante el examen, demuestran una falta de preparación y confianza en ellos mismos y en sus capacidades.
En este sentido, hacer tú mismo el temario, cosa que yo siempre recomiendo, o quizás contar con ayuda para terminar de decidir una buena preparación, marca la diferencia.
A medida que avanzas, paso a paso, en tu preparación, cuentas con más y más herramientas para salir airoso de cada situación. Por ejemplo, haciendo tu temario propio, incluso antes de ponerte a estudiar, serás capaz de recordar la estructura que has creado, lo cual te dará mucha ventaja de cara a sentirte más tranquilo y seguro.
Por eso, me parece que en realidad, este es el punto que resume el resto, ya que poco puedes hacer ya el día del examen.
Si quieres llegar con garantías a las oposiciones, el trabajo tiene que estar hecho antes.
Y para hacerlo, no sólo a nivel de estudio, sino teniendo en cuenta tu mentalidad, ¡te doy más detalles en los siguientes puntos!
No te proyectes en preparación ajena, ¡céntrate en lo tuyo!
Este que te puede resultar hasta gracioso, así escrito, es más importante de lo que crees.
Es fácil dudar o pensar siempre que lo de los demás es mejor. Y si llegas al día del examen pensando esto, ¡estás acabado!
Además, seguro que te ha pasado en tus días de estudiante: llegabas a la puerta del aula, no sé quién hacía una pregunta, tú dabas tu respuesta, otro daba otra completamente distinta y… ¡empezaban a temblarte las piernas!
“Tendrá razón”, “estaré bien preparado” - y muchas más ideas similares cruzaban tu mente en cuestión de nanosegundos, para acabar descubriendo, después del examen, que tú estabas en lo cierto.
Por eso, mi consejo es que NO te compares.
Además, cada quien tiene sus propias fórmulas para estudiar y prepararse, por lo que es como si comparas churras y merinas. Nada que ver, ¿verdad?
En este caso, lo mejor que puedes hacer es confiar en ti y creer que lo tuyo es lo mejor. De hecho, este ya fue uno de los tips que compartí contigo a la hora de preparar la defensa de la programación, que es una de esas partes en la que más se suele atascar la gente.
Así que, como ejercicio, te propongo que empieces a bloquear de tu día a día los pensamientos de mierda y de esta forma, vayas agarrando fondo.
Haz caso omiso a los comentarios de otros opositores
En la vida, como en la guerra, incluso en las oposiciones, hay aliados y enemigos. Y tú necesitas saber de antemano quién es quién para poder defenderte bien.
Ojo, no me malinterpretes, pero como seguro sabes: ‘la mejor defensa es un buen ataque’.
Con esto quiero decir que cada quien se conoce mejor que nadie y sabe qué le afecta y en qué medida lo hace. Si, por ejemplo, eres sensible a la rumorología, entonces, ¡evítala!
Esta sería una buena manera de saber cómo actuar en cada caso, según tus necesidades.
Por lo que, descubre desde ahora mismo, qué necesitas como opositor para sentirte más fuerte y confiado y ve a por ello.
Quizás seas más individualista, o puede que te guste más contar con el apoyo de una comunidad.
Eso sí, en cualquiera de los casos, mi recomendación sería que todo comentario o rumor, lo agarres con pinzas, le pases tu filtro y a partir de ahí, lo utilices siempre como tu ‘armadura’.
Además, habrá quien también trate de desestabilizar al adversario, porque ya se sabe que ‘en el amor y en la guerra, todo se vale’. De modo que, ¡lo mejor es estar preparado!
Saca pecho y ¡lúcete!
Antes te hablaba de disfrutar el día del examen, ¿verdad? Puede que hayas pensado que estaba loca, pero nada más lejos de la realidad. Me refería exactamente a esto.
Tu único pensamiento ese día ha de ser ir a por todas, con seguridad para dejar con la boca abierta a todos, ya sea en la parte escrita como en la defensa oral.
Lo que sientes se transmite indiscutiblemente a través de tus palabras, tus gestos, incluso la argumentación que expongas, o cómo relaciones unos temas con otros.
Por lo que, teniendo en cuenta el tiempo con el que cuentes, trata de no dejarte nada en el tintero.
¡Ah! Y si en tu defensa te hacen preguntas, no las evites o las pases por encima, momentos como este, te dan la posibilidad de demostrar realmente todo lo que has estado preparándote, así que ¡haz tu all-in!
Otras ideas que puedes trabajar para entrenar tu mentalidad
Seguro que tú cuentas con tus propios trucos, ya sabes lo que dicen, ¿no?
“Cada maestrillo tiene su librillo”, así que mi recomendación es que pruebes distintas formas y al final, te quedes con aquellas que te funcionen.
Por ejemplo, a mí me hubiera encantado descubrir antes el Mindfulness, porque me ayuda a gestionar mucho mejor mis emociones. Antes cuando iba a hacer algún examen, siempre me ponía mala la semana de antes.
De hecho, en el blog puedes encontrar recursos sobre esta técnica que, además, te ayudará a mejorar la concentración. (Por ejemplo, aquí).
Y, por si no tuvieras suficientes ideas, te cuento de forma más detallada algunas de estas y otras más, en el siguiente vídeo. Este fue uno de los directos de Los juernes del Opositor, en los que hablamos de cómo reforzar tu mentalidad de cara a no verse afectados por los cambios y la incertidumbre en el camino de la preparación.
Por cierto, me encantará que compartas tus propias ideas o fórmulas que te funcionan en los comentarios. Así podemos ir nutriendo el listado y ayudarnos entre todos.
¿Te animas?