Cuando se habla de productividad y eficiencia, seguro que has leído algo sobre la Ley de Pareto, o lo que se conoce comúnmente como el 80/20. Pues bien, hablando de técnicas de estudio, este principio cobra más relevancia que nunca.
Sí, como seguramente estés pensando, de todas aquellas técnicas que apliques en tu estudio diario, tan sólo el 20% es el que realmente te ofrecerá el 80% de los resultados. O lo que es lo mismo, las que te resultarán más efectivas.
Por lo tanto, si descubres cuáles son, podrás deshacerte de todas las demás y perfeccionar las que te funcionen para mejorar mucho tu rendimiento en el estudio.
Porque al final, no se trata de aplicar técnicas y más técnicas, que sólo acaban complicando tu estudio, sino todo lo contrario.
Por eso, en este artículo vas a descubrir no sólo las 6 técnicas de estudio más efectivas, sino que sabrás exactamente cómo elegir las que mejor te funcionen.
¿Empezamos?
Pues dale al play y te cuento cuáles son esas 6 técnicas de las que todo opositor hace uso en algún momento.
Qué tener en cuenta para elegir tus técnicas de estudio
Ahora bien, cuando comienzas tu preparación, es recomendable que inviertas un tiempo en elegir tus técnicas de estudio y definir una rutina.
Eso sí, para hacerlo, no olvides estos pasos:
- Marca un tiempo concreto. Por ejemplo, 1 mes estaría bien.
- Selecciona aquellas que vas a probar.
Lo mejor es usar algunas que ya conoces, porque no requieren de ninguna curva de aprendizaje.
Y puedes introducir alguna nueva para explorar otras opciones que refuercen lo que ya has hecho hasta ahora.
- Prueba durante unos 10 días o 2 semanas.
Este es un período de tiempo suficiente para probar si te funcionan o no las técnicas de estudio que utilizas.
Pero, de las cosas más importantes que has de tener en cuenta, es de cómo te hacen sentir.
Es fácil al principio con toda la motivación, pero si después de un tiempo, se vuelve algo demasiado complejo, habrá técnicas que te supondrán un esfuerzo extra y, por lo tanto, es mejor detectarlo desde el principio.
- Realiza ajustes y vuelve a probar.
Al finalizar el primer mes, ya tendrás un sistema mucho más definido y que se ajuste a tus necesidades.
Así que, ¡enfócate en estudiar!
No es bueno que bailes el agua cada mes y estés cambiando a toda hora. Recuerda que somos seres de costumbres y nuestro cerebro se vuelve mucho más eficiente con la repetición.
Y teniendo claros estos pasos, vamos a ver qué aspectos has de tener en cuenta para elegir las mejores técnicas de estudio para ti.
1 Tus habilidades
En primer lugar, no sé si conoces algo sobre PNL, pero te contaré que, en esta disciplina, se dice que cada persona tiene un canal predominante.
¿Canal? Sí, se refiere al medio por el cual nos comunicamos mejor, incluso conceptualizamos la realidad o entendemos la información.
Existen 3: el visual, el kinestésico y el auditivo. ¿Y en qué te ayuda esto?
Pues porque si detectas cuál es tu canal, entonces podrás escoger aquellas técnicas de estudio que se adapten mejor a tus preferencias.
Te pongo algún ejemplo…
Para las personas muy visuales, funcionan bien los esquemas o los mapas mentales.
Para las personas auditivas, posiblemente sea mejor la repetición en voz alta de un tema.
Y en el caso de los kinestésicos, como se manejan mejor con el resto de sentidos, puede ayudarles escribir mientras estudian, por ejemplo haciendo resúmenes.
O, probar la técnica de la lectura rápida, ya que invita a seguir con el dedo la frase que están leyendo. Por lo tanto, si tienen más agudizado el sentido del tacto, puede ayudarles a comprender más y memorizar de forma más ágil.
2 El tiempo disponible
Vale, como te adelantaba en el vídeo, a veces necesitarás ajustarte al tiempo que tengas.
Por una parte, tienes que valorar cuánto tiempo inviertes en cada una de las técnicas de estudio que utilizas. Pero, sobre todo, cuál es su rendimiento en relación con ese tiempo.
Te puede encantar hacer resúmenes súper molones, tipo bullet journal y pegarte la currada, pero tienes que tener claro si el tiempo que inviertes te resulta eficiente.
Imagina que después de tenerlo todo, tienes que comenzar de cero a estudiar, porque no se te ha quedado absolutamente nada.
Vale, es difícil, pero si te centras más en el bonitismo que en el estudio, pues podría pasar. Y habrías perdido un tiempo maravilloso que puede que después te falte.
Y por otra parte, cuidado con los sistemas rebuscados y complicados. Sí, si algo te funciona es mejor utilizarlo. Pero, si hay 8 mil técnicas que te funcionan, ¿vas a ponerlas todas en práctica?
Lo digo porque es posible combinar varias, pero 2 - 3 son más que suficientes. Así que, ¡elige con cabeza y pensando en el reloj también!
3 Tu experiencia
¿Has escuchado alguna vez eso de “si algo funciona, por qué vas a tocarlo”?
Eso mismo me pregunto yo… A veces, me encuentro con opositores que se complican sin necesidad.
¡Ojo! Siempre es bueno probar cosas distintas, porque te dan una visión diferente. Y, sobre todo, porque como seres humanos evolucionamos. Por lo que técnicas que ayer te funcionaban, puede que hoy dejen de hacerlo, o que ya no se ajusten a tus nuevas circunstancias o contexto (como hemos visto en el vídeo, con la técnica de apretar el culo).
Aún así, habrá otras muchas que siempre te sirvan y es bueno que las mantengas por lo que voy a contarte a continuación...
Novedades vs. técnicas tradicionales (¡o de toda la vida!)
Antes te hablaba de la curva de aprendizaje. Seguro que sabes lo que es, pero por si acaso deja que te lo cuente…
Cuando aprendemos algo nuevo, se dice que, en poco tiempo, adquirimos mucho conocimiento. Es por eso que sientes que avanzas muy rápido.
Sin embargo, llega un momento en el que te estancas, o es tu sensación, porque lo que aprendes ya no es nuevo, sino que entras en la fase de perfeccionamiento.
Bien, a la hora de estudiar y elegir en qué técnicas vas a apoyarte, ocurre lo mismo.
Si decides que vas a experimentar más de la cuenta, puede que necesites demasiado tiempo con cada una de las nuevas técnicas.
Pero, ¿qué pasa entonces? Pues que estás perdiendo el foco sobre lo que es importante: el estudio.
Es por eso que, está bien que tengas alternativas y pruebes, pero que combines con otras que ya dominas y de las que no tienes que aprender nada, sólo seguir perfeccionando, si quieres.
Por ejemplo, una buena combinación sería de cada 3 técnicas de estudio que utilices en tu rutina, que 2 sean ya viejas conocidas y 1 sea nueva.
Esto te permitirá estar motivado, pero a la vez, utilizar de la mejor forma posible tu tiempo, siendo mucho más eficiente desde el principio.
Y ahora, ¿qué técnicas de estudio utilizas tú? ¿Tienes tu propio sistema?
Espero que, al menos, este artículo te sirva para tomar consciencia de cómo estás utilizando las técnicas de estudio. Y, si se han convertido en un distractor / agujero negro de tiempo, sepas cómo ponerle solución.